Anhelando por mis orejas oír tus gemidos,
enfocándome en esa área cerca de tu ombligo,
es que luce, como rayos lo describo, solo se que
con mi boca y cuerpo participo, porque de su rico
néctar yo no me resisto, aunque a veces son turbulencias
en las que yo persisto, pero para repetir lo anterior, hoy
insisto y esta nueva idea de enredar mis manos por tus
risos, pero de nuevo eso solo sera el inicio, un principio
de lo que ahora es un vicio y si ella es la ley entonces yo
soy su delito, al fin y al cabo es la hechicera que con pasión
y amor a mi me maldijo...
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